El punto de partida del proyecto surge de potenciar el mayor atractivo del inmueble: una gran longitud de fachada con tres balcones al Palacio de Maudes, de manera que lo que, al convertirlo en un elemento continuo para los diferentes usos, al principio era un espacio muy compartimentado y oscuro se convierte en un espacio abierto, luminoso, optimizado y flexible.
Fotografía: Javier Bravo