Ante la necesidad de dotar de una nueva personalidad y estética a esta vivienda de Chamartín, decidimos tomar dos vías principales, volcar todos sus espacios principales a grandes ventanales y fachada principal y hacer de la debilidad (unos falsos techos con mucha diferencia de altura), una gran fortaleza y crear un lenguaje común, una gran curva que recorre toda la casa.
El objetivo se completa con el uso de materiales nobles y la recuperación de elementos existentes como la gran chimenea del salón.
Fotografía: Javier Bravo












